Sin estrés ni preocupaciones. Así, es un paseo por el Rhin

Es necesario desestresarse un poco, planificar una escapada. Pues hace mucho tiempo que lo merecemos. La rutina suele absorber el tiempo de forma casi completo en las personas. Pero un paseo por el Rhin lejos del estrés y las preocupaciones hace ideal a una escapada.

Es la magia de la naturaleza encausada y cuidada por el hombre. El Rhin es un hermoso río navegable, muy sereno y calmado que invita a dar un paseo. Es la bondad misma de la naturaleza que se pasea entre Francia y Alemania. Estos dos países tienen el privilegio de ser atravesados por su caudal. Este río es bien aprovechado en todos los sentidos. Navegar por sus aguas es un verdadero espectáculo que extasía cualquier cerebro.

Un crucero de placer es una terapia necesaria

Cuando la brisa baña los rostros en las riveras del Rhin, desencadena la fantasía de volar con alas propias. Por esto, es que hacer un crucero en las aguas de este río es una escapada de ensoñación que la debemos hacer por lo menos una vez en la vida.

Se puede embarcar en Estrasburgo, es un momento ideal para conocer esa ciudad, otra y otra. Una imagen para grabar será su paso por los viñedos, observaremos la perfecta combinación de arquitectura antigua con espacios naturales. Uno de los encantos es poder descansar en su ‘Hotel Flotante’. Es el lugar ideal para unas ‘vacaciones para dos’ Pues, antes de embarcar en esa misma ciudad, sería un placer pasear por el barrio Petit France. Un espacio pintoresco con su bello reloj astronómico justo en la catedral de arte gótico. O quizás saborear una cerveza en Winstubs, que es una taberna de muchas que hay allí. El buen vino no se hace esperar. Desde ahí es posible visitar a Colmar, otra joya de Francia.

Sin preocupaciones sigamos nuestra aventura navegando por el Rhin, es posible llegar a Espira en ese curso, una ciudad de Alemania, desde donde podemos visitar a Heidelberg, justo en el Valle del Río Neckar, un pueblo lleno de gracia y alegría, la gente allí es muy cordial. Caracteriza a una Europa atenta y repleta de encantos. Es un lugar de juventud por ambiente universitario. En ese lugar se erige la universidad más antigua de toda Alemania.

Y hablando de vinos… En el paseo una copa no caerá nada mal

En un rincón de la calle Drosselgasse se encuentra Rüdesheim, una parada casi obligada para degustar un buen vino. Donde se puede oír buena música en vivo, para una velada entre amigos o en pareja. Las leyendas están a la orden del día y los castillos que van de lado a lado en las dos riberas.  Coblenza otro lugar casi desconocido pero que posee también la característica belleza de esa zona. La denominan los lugareños ‘El rincón alemán’ a ella, la engalanan los viñedos incontables a su alrededor. Además de bosques, muchas iglesias, palacios y sus macizos centrales. Siempre puedes captar imágenes como un fotografo profesional para inmortalizar l/a belleza de cada espacio.

Tomando el desvío hacia el Río Mosela nos conduce a Cochem un lugar medieval, con muchos viñedos también, con pintorescas casas que bordean al río y un imponente castillo. El Reichsburg en la cúspide de una colina, allí caballero estoico, ofrece un gran y hermoso panorama. Podríamos ver la Linz alemana, con sus casas de madera con su estilo medieval. Colonia, otra ciudad con su catedral gótica de inicios del siglo antepasado. Es Patrimonio de la Humanidad y se dice que guarda los restos mortales de los Tres Reyes Magos del Oriente. Más moderna es Düsseldorf, que combina lo moderno (arquitectura actual) y parte de su cultura (arquitectura gótica). Así que, si deseamos regalar, regalemos un paseo en Crucero por el Río Rhin.

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